Actualmente, el parque de viviendas es mucho mayor al número de casas habitadas en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, que existen centenares de casas paradas que podrían estar alquiladas, aumentado la oferta de vivienda de alquiler, que tanta falta hace.

El aumento del número de viviendas en alquiler presiona los precios a la baja, por la ley de la oferta y demanda, y proporciona al propietario unos ingresos extra garantizados y sin apenas riesgo, siempre que el alquiler se sepa gestionar con precaución.

Los propietarios temen, en muchas ocasiones, que los inquilinos puedan dejar de pagar el piso, que dañen la vivienda o sus muebles, así como otras situaciones de mayor gravedad, como puede ser la okupación.

Aunque cada situación concreta es única y requiere unas u otras medidas, la realidad es que para casi todos estos problemas existen precauciones y acciones preventivas que evitarán que cualquiera de estos temores se materialice.

Consejos de seguridad antes de alquilar tu casa

Te vamos a dar algunos consejos de seguridad básicos y necesarios para alquilar tu casa como propietario, actualizados teniendo en cuenta la nueva Ley de Vivienda. Alquilar un piso o casa puede ser muy sencillo y muy rápido, siempre que sigas una serie de pautas de seguridad.

Haz un inventario de bienes

Lo primero, si te dispones a alquilar tu casa, es hacer un buen inventario de bienes que van a estar en la vivienda y van a ser utilizados por los inquilinos.

En el inventario debe quedar reflejado todo aquello que está en el inmueble: electrodomésticos, muebles, armarios, camas… Tampoco olvides todos los objetos de menor valor: televisión, menaje de cocina, plancha, material de limpieza, etc.

De esta manera, tendrás en un mismo documento recogidas todas las propiedades de tu casa y el estado en el que se encuentran. De hecho, es recomendable acompañar este inventario de fotos que permitan comprobar el estado de los bienes.

De esta forma, podrás probar si faltan objetos o bienes, así como si algún mueble ha quedado estropeado o dañado por un mal uso o abuso por parte del inquilino. Por supuesto, que será importante distinguir entre un mal uso y el desgaste natural de ciertos objetos por el uso.

Este inventario completo se debe poner como anexo al contrato de alquiler. De esta manera, vinculas todos estos bienes al contrato entre arrendador y arrendatario y te aseguras de poder reclamar daños al finalizar el contrato si fuese necesario.

Estudia la situación del inquilino

Una de las principales medidas para evitar el impago es hacer una buena selección de inquilinos potenciales para entrar a vivir en tu casa. Eso no implica dejarse llevar por prejuicios. Hablar con una persona 5 minutos no es suficiente para juzgar si es alguien digno de tu confianza.

Lo importante no son nunca las apariencias, sino los hechos. Por eso, cuando hagas las entrevistas con los inquilinos debes pedirles garantías de solvencia. Es decir, contrato de trabajo, las dos últimas nóminas o el último IRPF.

Se trata de conocer cuál es la capacidad de pago de ese inquilino. Si la renta de alquiler supera el 40% o 45% de sus ingresos mensuales, las posibilidades de que se vea ahogado financieramente por el pago del alquiler son mayores.

Del mismo modo, el tipo de contrato de trabajo también te da muchas pistas. En general, un asalariado indefinido que lleve varios años de manera estable es un perfil más seguro que una persona con un contrato temporal.

En cualquier caso, debes tener en cuenta que cada persona tiene circunstancias particulares muy concretas. Lo ideal es que su perfil se adapte también a tus necesidades como arrendador.

El mejor perfil no siempre es una persona con un contrato de trabajo indefinido. Puede ser un estudiante que tiene por delante 5 años de carrera y que, a pesar de no tener ingresos, cuenta con el aval de sus padres.

Contrata un seguro de impago

Alquilar tu casa a un desconocido nunca es fácil. En realidad, por mucho que hayas analizado la situación económico-financiera del inquilino hay muchos aspectos que no puedes controlar y el riesgo de impago siempre está ahí.

Por eso, lo más aconsejable para tener total tranquilidad es contratar un seguro de impago de la vivienda. Normalmente, estos seguros ofrecen cobertura en caso de impago (se encargan ellos de abonarte lo que no ha pagado el arrendatario) y también incluyen defensa jurídica.

En caso de impago, el seguro protege al arrendador y puede llegar a asumir el pago de la totalidad de las rentas que han quedado a deber por el moroso, al mismo tiempo que realiza la reclamación de las cuotas impagadas por vía administrativa y judicial.

De hecho, la compañía aseguradora será la que realice los trámites para obtener una orden de desahucio y la reclamación de desperfectos. Este seguro tiene un coste variable, en función del capital asegurado y los servicios incluidos, pero puede oscilar entre 200€ y 800€ anuales.

Redacta un buen contrato de alquiler

Aunque parezca una cuestión muy básica, el contrato entre las partes, arrendador y arrendatario, es el documento de referencia. Tenlo en cuenta para dirimir cualquier cuestión que no esté fijada por ley.

Por eso, es fundamental que el contrato incluya de manera clara y precisa los aspectos clave del alquiler: precio, fianza, aval si lo hubiese, duración y otras condiciones.

Pedir garantías adicionales: fianza de dos meses

En los alquileres de vivienda se suele pedir, al menos, un mes de fianza que actúa como garantía ante posibles desperfectos de la vivienda. Pero no es la única garantía.

En ocasiones, en función del precio del alquiler y a previo acuerdo con el inquilino, se puede pedir dos meses de fianza y debe constar en el contrato de arrendamiento como garantía adicional.

En HomeGO te damos todas las claves para alquilar tu casa de forma segura. Si tienes cualquier duda, visita nuestra web o llámanos al 900 622 550 y deja que te ayudemos.