Las fugas de agua son un dolor de cabeza. Mientras no se producen piensas que es improbable que suceda, pero ojo cuando ocurren. Algo tan inofensivo como el agua se puede crear tal caos.
Te puedes encontrar un gran charco de agua en un rincón, en los pasillos, en el baño cerca de la bañera, o en cualquier otro lugar de la casa. En este momento, la emergencia del agua al exterior es síntoma de que algo falla en las tuberías desde hace horas, días o, incluso, semanas.
De hecho, más de la mitad de las fugas de agua no son visibles a simple vista. Estas se ocultan bajo el suelo o tras las paredes, de manera que lleva tiempo detectarlas y provocan aún más daños.
¿Cómo evitar una fuga de agua?
Es importante elegir tuberías de calidad, cambiarlas si son muy antiguas (los materiales de antes son de peor calidad) y no verter líquidos corrosivos, ni jabón o aceite en exceso.
Sin embargo, en ocasiones, dado el uso, una fuga de agua es inevitable –y lo es más cuanto más antigua sea la instalación, aunque en ocasiones las tuberías más modernas también colapsan–.
Lo que es fácilmente evitable son las consecuencias catastróficas de la fuga. A través de un buen detector de fugas de agua te ahorrará disgustos y un coste mucho mayor en daños si la fuga se produce.
Vamos a ver los tipos de detector de fugas de agua que existen, así como su funcionamiento y las diferentes opciones de instalación en tu empresa o en casa.
Cómo funciona un detector de fugas de agua y tipos
Las fugas de agua se pueden producir en dos lugares de un edificio. Suele darse en las tuberías de saneamiento (evacuar aguas residuales) aunque no son las únicas. También ocurren en la instalación de fontanería (las que llevan el agua potable).
Además, se suelen producir en los nexos de unión, empalmes o complementos como llaves, contadores, etc. Entre las causas, está el deterioro de materiales, envejecimiento de tuberías, cambios de presión, líquidos corrosivos, etc.
Y, lo que es más importante: como decíamos al inicio, las fugas de agua son difíciles de detectar porque normalmente son invisibles.
Los primeros síntomas de que algo falla provienen del contador de agua. Este registrará un uso por encima de lo habitual, así como de posibles humedades en paredes o techos.
Pero, en muchas ocasiones, esos signos llevarán días. Por eso, la mejor opción para evitar consecuencias catastróficas es instalar un detector de fugas de agua. Con este aparato tendrás un aviso según aparezca la primera señal de escape.
Concretamente, estos detectores de fugas de agua funcionan a través de la detección de ultrasonidos que se producen en el momento del escape. Estos avisan a través de señales acústicas o luminosas, así como a través de notificaciones en la app móvil del fabricante.
Sin embargo, la detección y notificación dependen del tipo de detector de fugas de agua utilizado. Existen dos tipos de dispositivos, en función de si utilizan, o no, cable detector.
Los detectores de fugas con cable tienen la posibilidad de enchufarse a la corriente como fuente de alimentación, pero también existen muchos con pilas.
Este tipo de detectores utilizan el cable como detector, de manera que cuanto más largo sea este más superficie podrás cubrir para que te avise de una posible incidencia.
Por otro lado, están los detectores de fugas sin cables, cuya fuente de alimentación son las pilas. En ellos, el dispositivo es suficiente para cubrir la superficie, dado que cuentan con sensores para identificar agua en la zona.
Podríamos hablar también de dos tipos de detectores de fugas de agua en función de si tienen, o no, conexión a la red wifi. Actualmente, la mayoría lo incorporan, algo francamente útil para monitorizarlo a través de la app.
De hecho, las aplicaciones móviles te ofrecen datos de parámetros como la temperatura y la humedad.
Cómo instalar un detector de fugas de agua
Los detectores de fugas de agua que existen hoy en el mercado son dispositivos relativamente pequeños, con cable o sin cable, y baratos, que tienen una fácil instalación, de manera que no necesitan la asistencia de un experto.
Al ser un dispositivo portátil a pilas, es tan fácil como colocarlo en el suelo o en la pared, cerca de las fuentes de agua que queramos vigilar (cañerías, bañera, lavadora, etc.). En el caso de que tenga cables, habrá que situarlos alrededor de los lugares que queramos vigilar.
A partir de ahí, nos aseguramos de que las pilas funcionen y, si tiene una app móvil, realizamos la configuración para tener toda la información en la palma de la mano.
Muchos de los detectores de fugas de agua son compatibles con Alexa y/o Google Home, de manera que puedes controlarlos a través de estos dispositivos.
Desde ese momento, si se produce cualquier escape de agua, el dispositivo va a emitir una señal acústica (y/o lumínica) que te alertará de una posible fuga.
Es la mejor opción para estar prevenido en un lugar con tuberías antiguas o donde las probabilidades de fuga sean mayores.
Hay que tener en cuenta que, en el caso de una fuga de agua no detectada a tiempo los daños pueden llegar a ser irreparables en el mobiliario, así como en la estructura del edificio.
Asimismo, el agua puede inundar sistemas eléctricos que pondrían en serio peligro dichos aparatos o sistemas, así como todo el circuito eléctrico del lugar e, incluso, la integridad de las personas que estén presentes.
Los daños pueden llegar a ser tan cuantiosos que merece la pena confiar en estos pequeños dispositivos de detección de fugas de agua. Con ellos puedes respirar tranquilo ya que te avisan a los pocos segundos de que se haya producido el escape.
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