Aunque es una cuestión que suele quedar muy relegada cuando pensamos en seguridad para el hogar, lo cierto es que es casi más importante que combatir los pasamontañas. Sí, hablamos de nada más y nada menos que de los incendios.

No es una cuestión de sensaciones. Los datos de UNESPA indican que las aseguradoras se gastan unos 500 millones de euros al año para arreglar los desperfectos provocados por las llamas e indemnizar a los inquilinos.

Sorprendentemente, el escenario más habitual para las llamas no es otro que la propia vivienda particular; por encima incluso de entornos industriales en los que se presupone un mayor peligro por maquinaria y gestión de materiales inflamables. La cosa queda así:

  • Viviendas: 71%
  • Comunidades de propietarios: 13%
  • Comercios: 10%
  • Industrias y otros espacios: 5%

¿Influye el lugar de residencia? Sí. Las estadísticas señalan Jaén, Córdoba, Badajoz, Pontevedra y Sevilla como los lugares con mayor probabilidad de sufrir incendios. Esto se debe a que la dispersión demográfica es un factor positivo para este tipo de accidentes.

Por tanto, cuanta mayor población tiene el municipio, menos posibilidades hay de que se generen llamas. Si miramos el ranking por gravedad de daños, entonces la correlación no se sostiene tanto con Burgos, Girona, Zamora, Baleares y Soria como lugares más perjudicados.

El coste medio del incendio ronda ahí los 7300 - 10.000 euros.

¿Y qué hay de la media? UNESPA dice que el inquilino de una vivienda suele recibir una media de 1200 euros por parte del seguro para cubrir daños. En el caso de comercios la cifra asciende hasta los 2400 euros y en industrias hasta los 9500 euros. Casi nada.

Por eso, cuando se habla de prevención resulta inevitable mencionar dispositivos de seguridad. Nos referimos a los detectores de humo homologados; unos aparatos que te pueden salvar la vida a cambio de una inversión ridícula. ¿Quieres saber más de ellos? Sigue leyendo.

¿Los detectores de humo son obligatorios?

Es perfectamente normal que te hagas esta pregunta. Aunque su efectividad resulta innegable en la prevención de incendios, la realidad es que hoy por hoy los detectores de humo para casa no son obligatorios.

Cierto es que el Código Técnico de la Edificación (CTE) recoge desde el pasado 2006 la necesidad de que los edificios construidos a partir de ese año cumplan con un mínimo de protección contra incendios

Eso incluye tanto la elección de materiales ignífugos como la distribución de los elementos comunes para situaciones de emergencia. ¿Tu portal tiene extintores en las paredes? Es, o por este motivo, o porque se han llevado a cabo reformas. El caso es que no hay ni rastro de la vivienda particular.

Ahí eres tú mismo el que debe tener la iniciativa para instalar un detector de humo. Eso sí, siempre asegurándote de que esté homologado de acuerdo a los distintos reglamentos. En el caso privado, basta con que te guíes por tu intención.

Es decir, que desconfíes de los dispositivos extremadamente baratos comercializados en marketplaces como Amazon o AliExpress, y que huyas de aquellos modelos que prescinden de avisadores ópticos y acústicos, elementos de control, extinción automática y otras tecnologías de seguridad similares.

Detectores de humo: tipos para casas

No, todos los detectores de humo no son iguales. Partimos de una misma base eso sí: un aparato capaz de transmitir una señal de alerta cuando la composición del aire supera un umbral prefijado de determinadas partículas. Lo normal es que sea CO2 o ceniza.

Con el paso de los años estos aparatos han ido evolucionando hacia respuestas más refinadas, incluyendo datos relativos a la temperatura y otras variables relacionadas con los incendios. Son los llamados detectores de humo inteligentes.

Tales sistemas distinguen "fuego, no fuego, suciedad, polvo, autoverificación, etc. La decisión se transfiere del detector a la central, a diferencia de los sistemas convencionales en que la decisión de alarma la tomaba el detector", explican desde el INSST.

Detector de humo fotoeléctrico

Es un tipo de detector de humo capaz de identificar la presencia de llamas mediante la proyección de un haz de rayos luminosos. Dentro de este grupo se distinguen los de haz de rayos proyectados y los reflejados.

En los primeros el humo disminuye la cantidad de luz recibida por la célula fotoeléctrica instalada a distancia (hasta un máximo recomendable de 100 metros). Cubren un espacio de 14 metros y permiten proteger hasta 1400 metros cuadrados de las llamas.

Por eso son recomendables en salas muy grandes con techos elevados, zonas de almacenamiento, conductos de ventilación, fábricas, galerías de arte y similar. Ofrecen una respuesta rápida ante incendios y son baratos de montar. Aunque son incompatibles con locales provistos de ventilación o aire acondicionado (se llevan el humo).

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Por el otro lado tenemos los detectores de humo fotoeléctricos de haz de rayos reflejados. Aquí no hay unidad receptora. Es el propio detector el que emite luz en ángulo recto y la espera de vuelta con una cámara obscura. Si hay humo, esta recibirá menos cantidad de fotones y hará saltar la alarma.

Son dispositivos equipados con una bomba de aspiración. ¿Problemas? Que no diferencia el humo de las partículas de polvo, y que si el humo es demasiado negro lo ignora (efecto Tyndall). ¿Ventajas? Necesitan menos humo para hacer saltar la alarma y son autorregulables.

Se recomiendan para la prevención de fuegos de combustión lenta provocados por madera, papel, algodón o cables eléctricos aislados con PVC. Básicamente para salas con equipos eléctricos (por ejemplo ordenadores).

Detector de humo iónico

Estos funcionan detectando la reducción de la corriente eléctrica ionizada (O2 + N2) que se genera a causa de una fuente radiactiva entre dos electrodos al entrar en contacto con la combustión de las llamas. Suena complicado pero son increíblemente efectivos.

"Detectan partículas visibles e invisibles generadas por la combustión y su mayor eficacia se encuentra para tamaños de partículas entre 1 y 0,01 micras", señalan desde INSST. Es decir, las que emiten materiales concretos cuando llegan a al conocido como "thermal particulate point".

Entonces ¿emiten radiación? ¿Son peligrosos? Los estudios indican que necesitarías pasarte 8 horas al día a 25 centímetros de uno de estos detectores de humo para que llegases a la centésima cantidad del límite permitido.

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Dentro de la clasificación tenemos, por un lado, los detectores iónicos de partículas alfa. Llamados así por identificar la ionización de las moléculas O2 y N2 por núcleos de átomo de helio procedentes de una fuente radiactiva (Americio 241).

Estos detectores captan una gran cantidad de humos y ofrecen estabilidad ante variaciones de presión, temperatura y corrientes de aire. O lo que es lo mismo: son los más versátiles del mercado. Como pega, dan falsas alarmas con aerosoles, polvo, humo de tabaco y mucha humedad.

Por otro lado están los detectores iónicos de partículas beta. Funcionan igual que los anteriores pero relacionándose con el Níquel 63 emitido por la combustión de alcoholes. No se comercializan en España.

Detector de humo por puente de resistencia

Dispositivos que se activan frente a la presencia de partículas de humo y humedad sobre una rejilla con puente eléctrico. Estas caen sobre el componente y aumentan su conductividad, haciendo saltar la alarma.

Este tipo de detector de humo se activa con cualquier tipo de gas y humo. La pena es que son bastante raros de ver y ni siquiera están considerados por las Normas UNE. Quizás se deba a que generan muchas falsas alarmas con escapes de vapor o partículas en suspensión.

Sí se pueden encontrar en el mercado, pero como detectores de monóxido de carbono; una opción menos frecuente a valorar para hogares y más típica de oficinas y negocios.

Detectores de humo por análisis de muestra

También se los conoce como detectores de humo con cámara de niebla. Se componen de una tubería que recorre la zona a proteger y capta el aire de la estancia mediante una bomba extractora.

No te tienes que preocupar por ellos porque están bastante desfasados respecto a la tecnología que podemos encontrar hoy en el mercado. Son bastante caros y carecen de piezas de repuesto en el mercado.

Detector de gases de combustión tipo Taguchi

Son detectores que funcionan haciendo uso de un cristal semiconductor tipo n (negativo). Este lleva incorporadas dos resistencias calefactoras que conservan la superficie a unos 250 grados, permitiendo la liberación de electrones y evitando la condensación de vapor de agua.

En paralelo hay una caja externa de dióxido de estaño con una superficie muy porosa por la que van pasando las moléculas de oxígeno. ¿Cómo funciona? Cuando hay mucho gas oxidable en el ambiente, el O2 capturado libera electrones sobre la superficie conductora.

Eso reduce la resistencia del componente y hace saltar la alarma. Suena muy moderno pero no termina de resultar efectivo para discriminar bien cada tipo de emergencia. Por eso no son los detectores de humo más recomendables.

¿Qué detector de humo homologado me compro para casa?

La respuesta no es otra que un dispositivo que venga respaldado por un servicio de confianza y unas garantías de seguridad suficientes. Detectores de humo hay muchos, pero pocos tan volcados hacia la generación de tranquilidad como los detectores de humo homologados que encontrarás en HomeGO.

No tienes que preocuparte por adquirir tu alarma conectada a la central por un lado y tu detector por otro, sino que puedes afronta el reto de la seguridad como una sola entidad; adquiriendo el kit que mejor se ajuste a tus necesidades.

Da igual que quieras proteger tu piso, que vivas en una casa unifamiliar o que busques inversiones seguras con tu negocio; en HomeGO tenemos el detector de humo que estás persiguiendo.

Entra en nuestra web o llama al 900 622 550 y hazte ya con la tecnología perfecta para prevenir el terror de las llamas; para olvidarte de una vez por todas del miedo fundado a los incendios.