Las puertas y ventanas son zonas de acceso de la vivienda que en ocasiones no se tienen en cuenta a la hora de instalar elementos de seguridad. Pasarlas por alto, puede facilitar la entrada de intrusos en tu domicilio, por lo que conviene estar al tanto de qué herramientas son útiles para asegurar su cierre.

Algunos optan por instalar sensores y una alarma que lance un aviso en caso de que se abran. Esto, funciona bien como elemento disuasorio y pone sobre aviso tanto a los vecinos como a las autoridades, en caso de que la alarma esté conectada a una CRA. Pero, si no dispones del presupuesto necesario, siempre puedes optar por un pasador de seguridad.

Pasador de seguridad: ¿cómo funciona?

Los pasadores de seguridad, conocidos también como pestillos, son el elemento más utilizado para asegurar el cierre de puertas y ventanas. Se trata de una herramienta que lleva utilizándose desde tiempos inmemoriales, y que hoy en día puede apreciarse en prácticamente todas las viviendas.

Esto, no hace más que confirmar que son muy eficaces por lo que, si no dispones del presupuesto que hace falta para instalar un sofisticado sistema de alarma con sensores, seguro que el pasador de seguridad puede sacarte del apuro.

Funcionan de una forma relativamente sencilla, dependiendo siempre del tipo de pasador que elijas, algo de lo que hablaremos más adelante. Esencialmente, los pasadores están compuestos por dos piezas, una colocada sobre la puerta o ventana y otra en el marco.

Ambas piezas se unen o entrelazan a través de distintos sistemas, lo que permite bloquear la puerta para que no pueda ser abierta desde fuera. Generalmente están hechos de metal, preferiblemente inoxidable, sobre todo en el caso de las ventanas. Cuanto más robustos, mayor es la fuerza que ejercen para que no se puede abrir la puerta.

Tipos de pasadores de seguridad

Existen muchas clases distintas de pasadores o pestillos de seguridad, de modo que aquí te hablaremos de los más populares, que son, a fin de cuentas, los que más se utilizan:

Pasador clásico

El pasador clásico se utiliza principalmente para puertas, especialmente interiores. Es poco efectivo para la seguridad debido a que es muy endeble, de modo que se instala más para preservar la intimidad de un baño, habitación, etc.

Se compone de dos piezas llamadas armellas y un pasador cilíndrico con una pestaña, que sirve para desplazarlo con la mano e introducirlo en una de las armellas. De esta forma, la puerta queda bloqueada. Algunos pasadores clásicos se anclan al suelo para mantener las puertas quietas.

Cerrojo de perno

Al igual que el anterior se compone de dos armellas, pero en este caso no cuenta con el pasador cilíndrico. Más bien, lleva una barra algo más ancha que se mueve a través de una rueda. Al girar esa rueda, la barra se introduce en una de las armellas bloqueando la puerta igual que el pestillo clásico.

La principal diferencia entre el pestillo clásico y el cerrojo de perno es que es último es más residente, por lo que se puede utilizar en puertas de entrada, aunque hay opciones aún más efectivas,

Pasador tubular incrustado

Estos son los clásicos pasadores que se colocan en los pomos redondos de las puertas. Van incrustados al pomo, por lo que no son visibles, aunque el propio pomo tiene un pequeño elemento que permite accionar el pasador.

Funciona como un resorte, de modo que se bloquea manualmente y se desbloquea desde el propio pomo.

Pasador de cadena

Seguramente tengas claro cuál es este. Tiene también dos armellas, que en este caso quedan unidas por una cadena. Son también de las más habituales en las puertas de entrada, principalmente porque permiten abrir un poco la puerta manteniendo el bloqueo del pasador para mayor seguridad.

Pestillo de gancho

Son bastante sencillos, y útiles sobre todo para puertas correderas.  Funcionan con una argolla cerrada anclada a la puerta y un gancho anclado en el marco que se introduce en la argolla para mantener la puerta bloqueada.

Pasador de palanca

Utilizados en ventanas, pueden ser incrustados o externos. El pasador incrustado se acciona a través de la manilla de la ventana al abrirla y cerrarla, dejándola bloqueada. Por su parte, el externo se coloca en el lateral de una de las ventanas cuando son dobles, permitiendo así abrir una de las puertas manteniendo bloqueada la otra.

¿Por qué es importante instalar un pasador de seguridad?

A diferencia de lo que pueda pensar la mayoría, la seguridad no se basa únicamente en impedir la entrada de ladrones en casa. Aunque es uno de los objetivos, los pestillos o pasadores sirven también para la protección de los más pequeños en el hogar, o incluso de las mascotas.

En las ventajas, los pasadores sirven para que queden bloqueada, evitando así que los niños puedan abrirlas, ya que puede ser muy peligroso.

Por otro lado, instalar una puerta con pestillo a los pies de una escalera o al comienzo de esta, es también necesario para que los más pequeños no se caigan.

En caso de que tengas una casa baja o de poca altura, los pasadores también te ayudarán a evitar que las mascotas salgan por la puerta, manteniéndolas bloqueadas. Obviamente, los animales no pueden (normalmente) abrir puertas, pero si no hay pestillo pueden abrirse accidentalmente, por ejemplo, por una fuerte ráfaga de viento.

Cerradura de seguridad: por qué es una buena idea

Como has podido comprobar, la mayoría de los pasadores funcionan de forma parecida, ya que se componen de dos elementos que, al unirse, mantienen una puerta o una ventana bloqueada. Este sistema se ha ido perfeccionando con el paso de los años, hasta crearse la cerradura de seguridad, una gran opción para instalar en puertas.

La cerradura de seguridad cuenta también con dos elementos que se unen, con la diferencia de que no es manual sino automático. Normalmente, se controla a través de un mando a distancia. En este caso, cuentan con dos o tres cilindros para hacerlas más robustas y efectivas, ya que tienen mucha más fuerza que un pestillo normal.

Son una muy buena opción para las puertas de entrada a un domicilio porque son más resistentes que los pasadores convencionales.

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