Hace años, las puertas blindadas eran las más populares para instalar en oficinas, viviendas y cualquier otro lugar. Sin embargo, a pesar de su nombre y la extendida creencia de que son seguras, la realidad es que son vulnerables a los ataques de los ladrones.

La proliferación de robos con fuerza en casas u oficinas y de okupas que buscan entrar y hospedarse en el hogar han puesto de manifiesto que las puertas blindadas tienen muchas brechas de seguridad.

Por ello, las puertas acorazadas se han desarrollado con más garantías, dadas sus características materiales y su solidez.

Vamos a explicarte sus diferencias y por qué, por norma general, las puertas acorazadas son más recomendables para salvaguardar la seguridad de una vivienda o un negocio.

¿Qué diferencia hay entre una puerta blindada y una acorazada?

Las puertas blindadas no son lo mismo que las puertas acorazadas, al contrario de lo que cree mucha gente. ¿En qué se diferencian y cuáles son más seguras? Son distintas en el material, la estructura y la seguridad que ofrecen.

Una puerta blindada es un acceso de entrada a una vivienda, una oficina o cualquier otro lugar, que está fabricada fundamentalmente de madera, un material que no es especialmente resistente.

Concretamente, su estructura, el marco y la hoja de la puerta están hechas de madera y son accesos vulnerables, fáciles de sortear por un ladrón profesional. Las puertas blindadas son viejas conocidas de los delincuentes y, por lo tanto, ya han desarrollado técnicas de allanamiento.

La realidad es que la mayoría de las puertas blindadas no son capaces de frustrar o detener un robo. Su estructura, los cilindros y las cerraduras son poco resistentes y, a pesar de contar con una chapa de hierro en su interior, pueden ser forzadas con una palanca u otros elementos.

Las puertas acorazadas, por el contrario, son puertas fabricadas en acero, donde las placas de madera tienen una función puramente estética. Tanto su estructura, como los materiales de fabricación presentan una resistencia mucho mayor y constituyen una mayor garantía de seguridad.

Las puertas acorazadas, además, suelen incorporan cerraduras autobloqueantes que pueden bloquear la cerradura para evitar el acceso a la vivienda en caso de detectar que se está forzando o cualquier otro movimiento sospechoso.

Diferente marco y hoja de la puerta

La primera gran diferencia entre una puerta blindada y una acorazada es el marco de la puerta que, como hemos señalado, en el primer caso está fabricado de madera y en el segundo de acero.

Esta distinción del material no es una diferencia menor pues, en el caso de las puertas blindadas, el marco de madera permite a los delincuentes hacer palanca y desajustar los pernos y el anclaje, dejando la puerta desprotegida para forzar directamente la cerradura.

Además, en la puerta blindada la hoja también está fabricada de madera, con ciertos refuerzos de láminas de acero en determinadas partes, pero con una resistencia muy inferior a una puerta acorazada que presenta toda la hoja de acero, además del marco.

Estas distinciones dejan a la puerta blindada con varios puntos débiles que los ladrones ya suelen conocer cuando se disponen a asaltar una vivienda o cualquier otra propiedad privada.

Otros elementos que las diferencian: cerraduras, cilindros, bisagras, etc.

Aunque la hoja y el marco de la puerta son dos de los principales elementos que diferencian las puertas blindadas de las acorazadas, no son los únicos. Las cerraduras son otro componente a tener en cuenta, donde de nuevo las puertas acorazadas ganan en seguridad.

Una de las principales ventajas de seguridad que incorporan las puertas acorazadas son las cerraduras autobloqueantes que, como su propio nombre indica, se bloquean de manera automática si detectan que están siendo forzadas o cualquier otro movimiento o uso indebido.

Por otro lado, los cilindros de las puertas acorazadas suelen ser de mayor calidad y sus bisagras irán siempre atornilladas o unidas mediante soldadura al acero, mucho más resistente que cualquier unión a un material de madera.

Usos e instalación de las puertas blindadas y acorazadas

Por todas estas razones, se extiende el uso de las puertas acorazadas frente a las puertas blindadas que fueron más utilizadas hace años. La realidad es que estas últimas no garantizan la seguridad. Hoy las acorazadas dan una mayor garantía de seguridad.

En cualquier caso, es fundamental verificar que cumplen con las medidas y niveles europeos estándar de seguridad para poder clasificarlas como tal. Es decir, blindadas o acorazadas, la clave es que se consideren puertas de seguridad.

Y, para ello, deben cumplir con las especificaciones y certificaciones UNE EN-1627 y UNE EN-85160. Lo ideal es que tengan como mínimo un nivel 3 de seguridad para garantizar cierta eficacia ante ataques con el uso de la fuerza.

Para asegurarte, tienes que buscar la catalogación de la puerta eligiendo una puerta blindada o acorazada de clase 3, 4 o 5, con sello de garantía de cumplimiento de la norma UNE EN 1627:2011.

En el caso de que se destine a una vivienda, el nivel 3 será suficiente como norma general, pero en el caso de espacios especialmente sensibles habrá que ir directamente a por un nivel 5.

En el caso de instalar una puerta blindada o acorazada en una vivienda es aconsejable que se incluya una mirilla en la puerta, mientras que para una instalación en oficinas o negocios se puede incluir un sistema de barras de seguridad que se accionan con la llave.

Para una instalación correcta de la puerta, hay que contar con todos los elementos en el momento de instalarla, así como con las herramientas adecuadas. En función de que sea para casa, para un negocio o para un local industrial serán necesarios unos u otros elementos.

Pero la base es la misma: una puerta acorazada con ciertos complementos que hagan del acceso a tu negocio o tu hogar un lugar más seguro y que frustren los posibles intentos de allanamiento o de robo.

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