La instalación de una alarma es una de las mejores opciones para aumentar la seguridad de tu hogar o de tu oficina. A la hora de elegir la más adecuada, hay una variedad de dispositivos entre los que puedes escoger en función de cuáles sean tus necesidades.
Por ejemplo, si tu casa se encuentra en una parcela que la rodea, una alarma perimetral puede ser una buena decisión.
De entre todos los tipos de alarma que puedes instalar, algunas cuentan con sensores de presencia. Se trata de un dispositivo que muchos descartan porque tienen mascotas, lo que puede hacer saltar la alarma a deshora.
No obstante, se pueden configurar para ser compatibles con la presencia de animales.
Sigue leyendo para saber exactamente qué es un sensor presencia, en qué se diferencia de un sensor de movimiento y cómo complementa tu alarma.
¿Qué es exactamente un sensor de presencia?
Un sensor o detector de presencia se confunde en la mayoría de las ocasiones con un sensor de movimiento.
Es cierto que se trata de dos dispositivos con muchas similitudes que, podríamos decir, pertenecen a la “misma familia”. No obstante, existen algunas diferencias entre ambos.
Los sensores de movimiento son elementos que detectan el calor de las personas u objetos que se mueven a través de un sistema de infrarrojos. Están diseñados para activarse y enviar una alerta cuando detectan el movimiento a través de dicho sistema.
Su función principal es la de hacer saltar una alarma en cuanto se produce esta detección.
Por su parte, los sensores o detectores de presencia se diferencian de los anteriores debido a que tienen una mayor sensibilidad. Esta se debe a que detectan no solo el calor, sino también la luz, y de forma continuada.
Además de utilizarse como complemento a un sistema de vigilancia, también pueden activar luces, climatización o ventilación. En cuanto a su funcionamiento, no solo se basa en la tecnología infrarroja, sino que existen otras.
¿Cómo funcionan los sensores de presencia?
Estos dispositivos pueden funcionar con diferentes tipos de tecnología. En todo caso, su activación se produce cuando detectan algún movimiento en el espacio en el que estén situados.
Estos son los diferentes tipos de detectores de presencia:
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Sensores de presencia infrarrojos: Al igual que en el caso de los sensores de movimiento comunes, estos detectan la temperatura del espacio. Aprecian la variación que se produce con la presencia de una persona, dado que el calor corporal eleva la media.
Si el movimiento se produce en su campo de visión, lo perciben con una mayor precisión, motivo por el cual no son los dispositivos más adecuados para captar los pequeños movimientos.
No obstante, esto los hace más compatibles con la presencia de mascotas. Se conocen también como sensores pasivos.
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Sensores de presencia por ultrasonido: La tecnología de estos dispositivos es mucho más avanzada que la anterior, lo que los hace más sensibles al movimiento de cualquier objeto o persona. En esencia, estos aparatos distinguen la frecuencia entre la onda emitida y la recibida.
Las vibraciones o corrientes de aire puede hacerlos saltar, por lo que estos sí que no son recomendables en caso de tener animales en casa.
Si te decides por esta opción, es importante que recuerdes dejar las ventanas bien cerradas, ya que la corriente podría activarlos. A diferencia de los primeros, estos son sensores activos.
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Sensores de presencia duales: Estos últimos son el resultado de combinar las dos tecnologías anteriores, lo que los convierte en los más sofisticados y, por supuesto, efectivos.
En consecuencia, son también los más costosos. Son los que se utilizan, por ejemplo, en entornos profesionales como empresas de seguridad.
Sensores de presencia y alarmas
Dentro del amplio concepto de lo que es una alarma, los sensores de presencia son sencillamente elementos que las complementan y que se pueden combinar con otros como, por ejemplo, las cámaras de video vigilancia.
A efectos prácticos y de seguridad, cuantos más elementos de detección tenga un sistema de alarma, mayor será su efectividad. Así pues instalar cámaras, aunque es la opción elegida por muchos, puede no ser suficiente si lo que intentas proteger es un espacio grande.
En estos casos, puedes instalar paralelamente sensores de presencia que amplíen el rango de detección. Los detectores de presencia tienen, no obstante, muchas otras aplicaciones.
Son, por tanto, una gran elección para colocar en las ventanas de tu vivienda, ya que mandarían una alerta en caso de romperse un cristal o que consigan abrirla desde fuera.
Por otra parte, estos sensores pueden utilizarse también conectados a un foco. Se trata de una opción elegida por muchos, que en lugar de una alarma que emita un fuerte ruido, prefieren protegerse mediante una fuerte luz para evitar causar molestias a los vecinos.
Especialmente en exteriores, las luces con mucha potencia funcionan como elemento disuasorio.
Consejos para instalar sensores de presencia
Si compras un detector de movimiento, valora primero las características del espacio en el que tienes intención de colocarlo. Dependiendo de la distribución y de dónde esté situada la entrada, sabrás si te conviene más un sensor de techo, de pared, de superficie o empotrable.
Lo conveniente es instalarlo al menos a una altura de 2,5 metros, y colocarlo en el lugar donde el ángulo de detección sea lo mayor posible. Esto último, es importante no solo por la seguridad, sino porque los sensores de presencia tienen una utilidad más allá de advertir sobre la presencia de intrusos.
Estos dispositivos pueden vincularse al sistema de climatización, aire acondicionado o luces de la vivienda. De este modo, pueden llegar a suponer un enorme ahorro, ya que activarían cualquier elemento solo cuando detecten nuestra presencia, y lo desactivarían automáticamente.
En definitiva, se trata de elementos muy útiles en relación con la seguridad, el ahorro y la eficiencia energética. En HomeGO tenemos distintos kits que pueden aumentar la seguridad de tu hogar. Entra en nuestra web o llama al 900 822 500 y empieza a vivir con la confianza que te mereces.