Un buen día, sales de tu casa a primera hora de la mañana para ir a trabajar. Al terminar, decides tomar algo con tus compañeros. Y, por fin, a última hora de la tarde, vuelves a entrar en tu domicilio, solo para descubrir que faltan algunos de tus objetos personales.
Aunque parezca el relato de una película, desgraciadamente es una situación a la que mucha gente se ha enfrentado.
Ante esta tesitura, la mejor reacción, y la más obvia, es llamar a la policía para poner una denuncia por robo.
Es probable que una patrulla se persone en tu domicilio para recabar información, y después te pidan que los acompañes a comisaría para formalizar la denuncia. Pero, lo que tú defines como robo, puede ser un delito distinto dependiendo de las circunstancias.
Diferencias entre robo, hurto y atraco
El código penal español, tipifica el robo, hurto y atraco como tres delitos distintos. No son pocos los que piensan que las diferencias entre estos tres conceptos tienen que ver con el valor de las cosas sustraídas.
No obstante, esto no es del todo así, ya que lo que influye en la distinción de estas acciones son las circunstancias en las que se produce cada una de ellas.
El hurto, es un delito contra la propiedad privada que consiste en sustraer uno o varios bienes ajenos, sin tener la autorización del propietario de dichos bienes. Esta sustracción, sin embargo, se produce sin ejercer ningún tipo de violencia.
Sobre la cuestión del valor de los bienes, sí que existe una distinción en el código penal, ya que, si estos no superan los 400 euros en total, se tipifica como un delito leve (penas de 1 a 3 meses de cárcel), mientras que, en el caso contrario, la pena de prisión se eleva a entre 6 y 18 meses.
El robo, tiene similitudes con el hurto, debido a que también se trata de un delito contra la propiedad privada, por el que se sustraen bienes ajenos.
La diferencia entre ambos, consiste en que en esta segunda acción sí se emplea algún tipo de violencia o de intimidación. Las penas de prisión pueden rondar en este caso de los 2 a los 5 años, dada la condición de delito violento.
Por último, tenemos el atraco. Un atraco también tiene el objetivo de sustraer bienes ajenos, aunque en este caso tiene que producirse también violencia e intimidación, eso sí, tiene que ser necesariamente contra una persona.
Hasta aquí, es probable que el robo y el atraco te parezcan lo mismo, pero lo cierto es que existe una diferencia fundamental entre ambos cuando se trata de un delito cometido en una casa.
¿Robo, hurto o atraco en el hogar?
Para entender la diferencia entre estos tres delitos cuando se cometen en un domicilio, debemos tener claro si se ha ejercido algún tipo de violencia, y contra qué. En el caso del hurto, en muy sencillo llegar a la conclusión.
Si han sustraído algunos de tus bienes, pero no hay ningún tipo de signo de violencia ni han forzado la puerta de tu casa, se trataría de un hurto.
Pueden haber entrado abriendo la puerta con algún método sofisticado que no requiere forzarla (como el impresioning), o haber entrado a través de una ventana que hayas dejado abierta en un descuido.
Por otra parte, la diferencia dependerá de contra qué se haya ejercido violencia. Si no te encontrabas en tu casa, pero al volver te das cuenta de que la cerradura está forzada, o incluso han destrozado algunas de tus cosas, se trataría de un robo, ya que han accedido al interior a la fuerza.
En última instancia, si estás presente en tu vivienda cuando los ladrones entran, y se ponen violentos contigo o te intimidan de alguna forma, estaríamos hablando sin duda de un atraco.
Por tanto, si la violencia se emplea solo para acceder, es un robo, pero si se ejerce contra una persona dentro de la casa, es un atraco.
Importancia de distinguir entre robo, hurto y atraco
A la hora de poner una denuncia por estos actos, cabe destacar que los tres son delitos. Teniendo en cuenta que lo más importante es detener a los culpables y recuperar tus pertenencias si fuera posible, diferenciar las tres acciones no es tan relevante.
Sin embargo, sí lo es cuando hablamos de dar un parte a nuestro seguro del hogar. La relevancia, en este caso, tiene que ver con la cobertura del seguro, que variará en función de cómo hayan actuado los ladrones.
Existe un concepto para las compañías aseguradoras llamado propietario negligente. Cuando se produce un hurto, los delincuentes entran y sustraen bienes sin violencia ni signos de allanamiento.
En estos casos las empresas consideran que el dueño de la casa, en un descuido, ha facilitado su entrada. Puede ser por una ventana abierta, o por no haber cerrado la puerta correctamente, por ejemplo.
Ante esto, lo más habitual es que el seguro no se haga cargo de la indemnización, y lamentablemente hay poca cosa que el cliente pueda hacer al respecto. Lo preferible siempre es llamar antes a la policía lo primero.
Después de esto, acude a la compañía aseguradora con el parte de la denuncia. Con ello, será el seguro quien valore si se cubre el siniestro o no.
Algo totalmente distinto sucede si hay algún signo de haber entrado por la fuerza. En estos casos, la póliza sí contempla indemnizar al cliente por el robo o atraco sufridos, por la cantidad económica que corresponda hasta un máximo contratado.
¿Conviene contratar un seguro del hogar?
No te quepa duda de que sí, pese a que el hurto pueda quedar excluido (algo que siempre recomendamos que consultes con la compañía antes de dar por sentado que no te indemnizarán), contratar un seguro siempre es una buena idea.
No solo porque con él quedemos protegidos ante cualquier cosa que pueda pasar en nuestra casa (incendios, fugas, inundaciones, goteras, etc.), sino porque el robo es algo más habitual de lo que podamos pensar, y siempre es conveniente tener alguna protección contra él.
Para estar más tranquilo, puedes instalar otros elementos para que te avisen de que pasa algo antes de que tengas que dar parte al seguro.
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